Castellar de la Frontera

Castellar de la Frontera (Cádiz) tiene una historia un tanto particular. Su historia se divide en dos etapas: el Pueblo Viejo de Castellar de la Frontera, ubicado en el interior de una fortaleza medieval; y el Nuevo Pueblo de Castellar, que nace en 1971 al trasladarse la mayoría de los habitantes del viejo pueblo a esta nueva localización. Además de estos dos núcleos de población, junto a la estación de ferrocarril existe otro que tampoco está exento de trascendencia histórica: Almoraima.

Por su situación estratégica, el suelo de Castellar ha sido lugar de asentamiento de numerosas culturas, con manifestaciones humanas que van desde pinturas rupestres hasta construcciones de los distintos pueblos que ocuparon la zona, como la Torre Lascutana, de origen íbero; aunque la mayor influencia fue musulmana: levantaron la fortaleza y fundaron la villa que se localiza en el interior de las murallas. Castellar estuvo bajo dominio árabe hasta que en 1434 D. Juan Arias de Saavedra conquistó la villa y la incorporó a la corona cristiana.

En 1960 comenzaron las obras del embalse de Guadarranque y, a finales de la década, el Instituto de Reforma Y Desarrollo Agrario construyó a 8 Km de la villa-fortaleza un nuevo pueblo, el Nuevo Pueblo de Castellar de la Frontera, que los antiguos habitantes de Castellar ocuparon en 1971.

En cuanto a Almoraima, asentamiento de origen musulmán a tan solo un kilómetro de Nuevo Castellar, acogió desde 1603 el Convento de San Miguel de La Almoraima, que pasó a manos del Duque de Medinaceli en 1868, y desarrolló desde 1945 la industria corchera, en torno a la cual se construyeron viviendas, si bien la mayoría de sus vecinos se trasladaron a Nuevo Castellar tras su fundación. Actualmente, la estación de Almoraima es, a su vez, la del Nuevo Pueblo de Castellar.

Su asociación Navegantes Teatreros pertenece a Mi pueblo lee.